Despedida de Capilla del Monte

Así me fui de Capilla del Monte, despidiendo a Laura y Agustín:

La despedida

con una sonrisa hermosa dibujada en la cara y sabiendo que iba a extrañar a tan bella gente que me alojó toda una semana, me acompañó con mis temas de conversación y mis locuras, y me educó en muchos temas que desconozco. Estoy más que muy agradecido de haberlos conocido y que las cosas se hayan dado como se dieron. Estoy seguro que no podía haber sido mejor. No solo me abrieron las puertas de su casa, sino también, su corazón. La re flashié.

Conocí otras formas de vivir, de encarar la vida, de lo que es una comunidad, de comer: "cómo cenar todas las noches sopa y no morirse de hambre" (buen título para un libro), que sea deliciosa y sentirse satisfecho al terminar una cazuelita. ¡Gracias, de corazón!

Luego de organizar mis cosas, cargar todo en el auto y preparar el mate, llegó el Leo Rueda para arrancar viaje a San Marcos Sierras y al llegar: "Wow! Quiero vivir acá también!"

Más novedades próximamente... Mañana: El Quicho.