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No sé si "como todos saben", pero sí "como muchos saben: tenemos un
circo!. Sí, hace al rededor de 2 meses me sumé a un Festival de Circo
Callejero que se estaba llevando a cabo en Paraná 1 vez al mes en
distintas oportunidades.
Sinceramente, me sumé porque de alguna u otra forma "me obligaron".
Resulta que una semana antes de que sea año nuevo, me junté con mis
amigos a boludear y me enteré que el 29 y 30 de Diciembre había un
espectáculo de circo en un
club
de acá de Paraná llamado Olimpia -dónde finalmente terminé debutando- al
cuál me invitaron a participar y yo al principio no quería porque la
idea era irme a Rosario a visitar a mis amigos de allá; entonces no iba
a estar en esa fecha.
Finalmente, terminé yendo y haciendo mi debut a lo grande acompañado de
los que realmente son los grandes artistas. Digo que mi debut fue a lo
grande, porque creo que la tuve bastante fácil, que ya había mucho
trabajo (de años) para lograr el espectáculo que se logró en ese
estadio. Yo simplemente fui e hice lo que acordamos que yo iba a hacer.
La idea principal de ese espectáculo era recaudar un poco de fondos para
pagar el sonido que el grupo de circo Circulando Circo Callejero
había comprado y también poder irnos de gira con ese mismo espectáculo a
distintos lugares de la provincia de Entre Ríos.
Por suerte, así fue. El Viernes 6 de Enero arranqué en el auto con Rulo
hacia Gualeguay, dónde ya nos esperaban Chemma y el Indio allá. Cargamos
todo lo que pudimos en el auto, sonido, telón, todos los juguetes,
herramientas, cosas, cosas y más cosas. Es increíble la cantidad de
cosas que llevamos. Y claro, ¡tenemos un circo!
Tempranito, tempranito arrancamos para Gualeguay. Cuando llegamos y
hablamos con los chicos que nos estaban esperando allá, nos comentaron
todas las cosas que ya habían hecho en cuanto a prensa y difusión.
Habíamos salido en la radio, en el diario y a la tarde iban a ir a un
programa de televisión. Sí, nosotros: Circulando Circo Callejero. Yo no
lo podía creer. Además, me mostraron el anfiteatro en el medio del
parque (hermoso, por cierto) en el que íbamos a estar ese Domingo. No
entendía nada, no podía creer lo que estaba pasando, éramos como
"famosos" y todavía no habíamos hecho ninguna función.
Ese día, el Viernes, anduvimos a las corridas para todos lados pero por
suerte pudimos hacer una función en la plaza Constitución de Gualeguay
(la principal) y nos fue muy bien. Más allá de la gorra que anduvo bien,
creo que estuvimos muy conectados como grupo y el espectáculo salió
lindo. Detecté algunas cuestiones que se podrían mejorar para la próxima
vez; pero en general salió muy bien.
El Sábado, cuando nos levantamos (temprano por cierto, aunque volvíamos
todos los días muy tarde ya que no es joda desarmar todo el escenario
que montábamos y guardar todas las cosas, transaladarlas, acomodarlas en
la casa que parábamos y demás) nos llega un mail desde Paraná diciendo
que teníamos *spot
publicitario*
para la radio! Wow, seguía sin caer en dónde estaba, el movimiento que
estábamos haciendo y lo que estábamos generando. Es más, hasta el día de
hoy sigo sin caer.
Ese mismo día, improvisamos unos parlantes arriba del auto y cada vez
que teníamos que salir a buscar algo, llevar algo a la plaza o cualquier
cosa que implique mover el auto, mandábamos el .mp3 y a hacer difusión
por toda la ciudad. También le pegamos unos afiches al auto que decía el
día y el lugar dónde íbamos a estar.
Una cosa que hacíamos casi siempre y que considero muy positiva del
grupo, que nos dio energía para seguir creciendo y estar unidos como
grupo fue que cada vez que terminábamos un espectáculo hablábamos sobre
qué cosas se podían mejorar, corregir, cambiar totalmente o agregar.
Pasaba que en algunas funciones algo improvisado dio resultado y eso se
charlaba para que se siga haciendo. De esa forma, aprendí a crecer de
nuestros errores y hoy siento que cada vez es más fácil hacer una
función, aunque esta sea totalmente distinta a la anterior.
Para ese Sábado, nos habían invitado a participar en la inauguración de
los Corsos de Gualeguay; montando el escenario en la entrada al
corsódromo mientras la gente iba ingresando. Ese día no nos fue muy bien
en cuánto a gorra y personalmente no me sentí muy bien tampoco con lo
que estábamos haciendo. Era complicado como estaba organizada la entrada
ya que se ingresaba por dos lugares y éstos estaban bastante distantes
entre sí. Nosotros habíamos el escenario al medio y finalmente
terminamos todos desparramados por todos lados haciendo números solos o
a lo sumo de a dos, pero no fue un espectáculo como el que veníamos
haciendo. Además, la gente estaba ansiosa por entrar a los corsos y como
estaba haciendo bastante cola, quizás estaba de mal humor o vaya uno a
saber qué, pero tiraban mala onda en vez de disfrutar de lo que nosotros
hacíamos mientras la cola avanzaba. La verdad que no la pasé muy bien
ahí.
Encima, cuando terminamos no pudimos sacar el auto ya que quedó atrapado
entre las carrosas del corso, los choripaneros y la cantidad de gente
que había. Tenía una bronca que ni puedo explicar. Hablamos con los que
nos había contratado para estar ahí y no teníamos respuesta,
simplemente había que esperar. ¿QUÉ? Me calenté, hablé con el cana de la
puerta y un amigo me corrió TODA la gente para que pueda pasar con el
auto: era un mar de personas!
Salimos, yo re caliente, y nos fuimos a dejar toooodas las cosas
(que ya después de sólo 2 días, estaba re contra re podrido de llevar
para todos lados: el auto estaba siempre hasta el taco, tal cual como se
ve en la primera foto). Nos encontramos con los otros y... A DORMIR!
El Domingo era el gran día, ya que íbamos a estar en el Anfiteatro
de Gualeguay. No puedo explicar lo que pasó dentro mío cuando vi lo que
era. Lo primero que dije fue: "¿Posta? ¿Acá vamos a estar nosotros?"
-emocionado y con los ojos llorosos-. No lo creí hasta que me vi armando
las cosas para esa misma noche mientras se acercaba la hora de salir a
escena.
Ese día, fue la primera vez que estuve la mayor cantidad del tiempo del
espectáculo detrás de escena ya que por primera vez no toqué el Bongó
porque Muzza (el que toca la melódica) estaba jugando mucho con una
notebook y haciendo sonidos re copados con algún que otro software que
él sabrá como se llama. Seguramente hubiese quedado bueno el Bongó
también ahí, pero no tengo micrófono y además el lugar era muy grande,
no se iba a escuchar nada. Por eso decidí quedarme detrás del telón:
igualmente, creo que no voy a querer más eso. Es horrible no ver nada de
lo que está pasando y además se acumulan muchos nervios fácilmente.
Ahí, en el Anfiteatro hicimos dos funciones esa misma noche y daba para
hacer muchas más. La gente se moría de la risa, la gorra explotaba,
mucha gente puso más de una vez en la gorra y además nos felicitaban
cada vez que podían. Fue muy grande la emoción -de hecho, me emociono de
solo recordarlo- y la satisfacción: sacarle una sonrisa a un niño no
tiene precio. Además, es muy divertido, ellos te ven como algo
"magnífico" y a la vez "raro".
A la noche del Domingo, estaba... ¿cómo es que se dice? Ah, sí:
re-ven-ta-do. Fue un día que anduvimos a las corridas para todos lados
(como todos los otros) aunque un poco más intenso. Encima, al otro día
ya había arreglado en el trabajo que me volvía porque teníamos que
entregar un proyecto y la fecha límite estaba al límite ya.
Ya era Lunes, teníamos todo listo para partir. Me volvía con Muzza,
Pauli y Rulo; cada uno con sus cachibaches y demases. Como siempre: "el
rojito al tope". Como la Secretaría de Cultura de Gualeguay nos había
dado unos vale por 40 litros de Gasoil y sólamente habíamos ocupado 20,
antes de salir para Paraná pasamos por la estación de servicio (recordá
este nombre: LF) en la que se podían cambiar esos tickets e
intentamos cargar los 20 litros. Yo ya sabía que no iban a entrar por
cómo estaba el medidor, pero bueno, que entre lo que entre y lo otro lo
perdíamos. Peor es nada.
"Listo" -me dice el tipo-. "Tenés que pasar a firmar en el Shop y ya
está. Entraron 17 litros". Voy y firmo el papelito que me dieron.
Eapepe! Salimos a los bocinasos de la estación, todo el mundo nos
miraba. Éramos 4 locos con un millón de cosas en el portaequipaje y
además parecían raras. Lo que más se veía era mi Monociclo y eso llama
mucho la atención.
Ya está, ya estamos emprendiendo el viaje de vuelta esos 4. Cada uno
tenía un porqué para volverse a Paraná, pero la idea era liberarse en un
par de días y volver a Gualeguay para seguir de gira o ir hacia el lugar
dónde el resto se haya movido en caso de que se hayan movido :)
Ni bien pisamos la ruta y hacemos unos 5 kilómetros veo que... Ah!,
detalle muy importante que me había olvidado: eran las 15hs y hacía 42º
a la sombra, en una ciudad que tiene 1 árbol por cuadra, que tiene más
cemento que estrellas por superficie cuadrara (sacando la zona del
parque) y que, no sé si porque es un cemento de buena calidad o qué...
se calienta más que la mierda y no se rompe!
Eso, veo que el auto empieza a recalentar, que pasaba los 90º como si
fuese gratis y que quería seguir pasando los 100º. "Bueno muchachos,
vamos a hacer una paradita acá, abajo de ese árbol porque el auto se
está recalentando. Esperemos un poco y veamos de seguir." -dije no muy
contento-.
Paramos ahí a 5 kilómetros de Gualeguay, una tristeza terrible.
Esperamos al rededor de media hora y no tuve mejor idea que decir:
"Sigamos y probemos a ver qué pasa". Así que salimos, tranqui 80; como
siempre :) . Lamentablemente, hacemos 4,6 Km más y veo que empieza a
subir de nuevo la temperatura y que ahora ya no hacía 42º a la sombra
sino que ya estábamos llegando a los 50º. Ya chivaba por las orejas.
Me tiro a la banquina cerca de unos árboles que había al costado de la
ruta y empezamos a hablar con los chicos. Yo estaba convencido de que,
además de que hacía mucho calor, el auto iba muy forzado, que tenía
mucho peso y que por eso recalentaba. Obvio, siempre hay que tener una
hipótesis; por más cualquiera que sea. Está claro que si te dicen que es
cualquiera hay que aceptarlo :)
Como dije antes: no tuve mejor idea que decir: "Así no podemos viajar.
Yo digo que dos se vuelvan en cole y yo me vuelvo sólo con uno. Ahí
estaríamos alivianando bastante el auto y quizás podamos viajar".
Decidimos dejar a Rulo en el medio de la ruta, con todos los bolsos,
llevar de vuelta a la terminal de Gualeguay a los otros dos (ya con el
auto mucho más liviano) y después volver a buscarlo a Rulo en la
ruta y seguir viaje a Paraná.
Casi casi como si hubiéramos pensado todo, llegamos sin problemas a la
terminal de Gualeguay (estábamos a unos 10 kilómetros nomás). Bajamos
las cosas que se iban a llevar los que se iban en colectivo. Los
despido, me vuelvo a subir al auto, le doy arranque y nada... NADA, pero
nada. Hacía exactamente lo mismo que cuando no girás la llave,
digamos, nada. Ni el más mínimo ruido o y u a e intento de arrancar.
"Puta madre, lo último que me faltaba: me quedé sordo!" -pense-. Me bajo
del auto y le digo a Muzza: "El auto no arranca ni ahí". En ese momento
me dí cuenta que al menos podía hablar y que por más que el auto no me
decía nada de nada, no estaba ni siquiera malhumorado.
Probé un par de veces más y nada. Después de un rato probé de nuevo y
nada y nada y nada y nada y bueno, nada. Era como un pedazo grande de
chapa que habían dejado abandonado ahí. Eso, era el rojito,
¿entendés?. Se había enfermado, algo le cayó mal o no sé. En ese momento
lo llamamos al resto de los chicos que estaban en Gualeguay para
comentarle la situación y además decirle y recalcarle que teníamos
tirado a uno en la ruta con todos los bolsos y que encima el loco no
tenía señal de celular. Así que no tenía ni la más remota idea qué
mierda pasaba.
Cuando llegaron dos de los chicos que habíamos llamado a la terminal,
decidimos (después de un rato) ir a buscar a Rulo a la ruta en un remis.
Pobre loco, yo estaba preocupado de verdad, el vago estaba sólo en el
medio de la ruta y llego de equipaje: imposible poder moverse. Mientras
veníamos qué le pasaba al auto nosotros, llamamos a un mecánico que
llegó como a las 2hs... ponele. En realidad fueron 2hs de circo, porque
nosotros hicimos mini-presentaciones en la terminal con el bongó,
bastón, acrobacia, monociclo, malabares y demás para matar el tiempo;
así que deben haber sido unas 4hs.
Llega el mecánico y lo primero que me hizo hacer fue arrancarlo.
Milagrosamente, después de 4hs de estar parado, hizo una especie de
ruido intentando arrancar. "Esaaaa! Rojito! Vamo' arriba vo'", pero
nada. No arrancó ni ahí. "Dale de nuevo un par de veces" -me dice el
mecánico- y finalmente el auto arrancó tirando humo blanco, no
blanquito, blanco, del mismo color que se ve el fondo de la letra que
estás leyendo. Hacía un ruido descomunal y se movía como si fuera a
salir volando.
Ahí nomás se escucha: "Mirá, el auto está funcionando en 3 cilindros.
Eso puede ser que tenga un inyector tapado, o ... o ... o ... " y así
una interminable lista de cosas que no alcancé a retener. "Sinceramente,
yo no laburo Diesel". Meh! un garrón. Así que tuvimos que empezar la
movida para conseguir otro mecánico que nos vea el auto y que nos diga
que tiene, cuánto puede salir y si había que entregar el tuje o no.
Ese mismo tipo nos dijo que podíamos ir en el auto hasta la casa dónde
estábamos parando, pero que no podíamos salir a ruta ni tampoco andarlo
mucho. No estaba como para andar el auto aunque ande :P . Cuando
llegamos a la casa, llamamos a otro mecánico y nos dijo que podía ver el
auto al otro día a la mañana (Martes). A todo esto yo estaba mandando
mensajes al señor empleador explicándole que no iba a poder trabajar
otro día más y que no sabía qué corno tenía el auto.
Ya está, el auto no anda y no puedo hacer nada: "a disfrutar de las
excelentes pizzas" que habían hecho! Iupi! Mañana será otro día. Y
posta, me levanté y era otro día. Lamentablemente, el auto seguía roto.
Nadie quiso robarlo durante la noche y tratar de arreglarlo para
llevarlo. ¡Qué bajón! Encima el día amaneció con sus característicos
42º. Hermoso día para caminar y/o empujar el auto sobre el cemento
Gualeguay-tesco.
Era la hora: 10 a.m. en punto y el mecánico no llegaba. Yo, ya en un
estado de desesperación y de rompe pelotas al máximo (me había durado
bastante la calma ya - el rojito estaba mal- ¿entendés?)
Finalmente, después de hincharle las pelotas un rato al Chemma, llegó el
mecánico. Vio el auto y dijo que "algo raro pasa". No fue muy claro,
pero terminó diciendo que tenía que llevarlo al taller y verlo ahí, que
se iba a fijar si era un inyector que estaba tapado como dijo el otro
mecánico o qué. Después de una hora o por ahí, nos llama y nos dice que
sinceramente no sabía que era y que se lo llevemos a un experto en
Diesel de ahí de Gualeguay.
Ya pasado el medio día pasamos por lo del experto y le comentamos la
situación. El tipo este con muy muy buena (como todas las personas que
hablé en Gualeguay -muy buena gente ahí-) nos dice que era imposible
verlo en ese momento, pero que lo llevemos a la tarde. Así que le
dijimos que se lo dejábamos en la puerta de la casa tirado y que lo vea
cuando pueda.
No pasó ni la primera hora de la tarde(tipo 19hs- allá es distinta
la tarde) que el loco nos llama y nos dice que el auto estaba lleno de
Nafta en el motor. "¡¿Qué cómo dice?!" REWIND REWIND REWIND... "Y la
puta que los re mil parió a los pelotudos de la LF y la re concha de la
hermana del que me cargó Nafta. Pelotudo". Así nomás, después de
escuchar esa noticia nos fuimos a la LF en la que habíamos cargado
"Diesel" y comentamos lo que pasó lo más tranquilos que pudimos
durante los primero 37 segundos y medio. Ya cuando nos dijeron que
teníamos que ir al otro día porque no había ningún encargado al Chemma
se le saltó la chaveta y eso hizo que se me salte a mí también y ya todo
se fue a la mierda, pero de una manera civilizada. En resumen: "No nos
vamos a mover de acá hasta que nos den una solución" -textuales palabras
del Chemma- y nos sentamos en la puerta del Shop.
Hablamos con la "encargada" (que en realidad no estaba; ¿vo' viste como
e'?) y nos decía que sí o sí teníamos que ir al otro día porque
Administración trabajaba de 8 a 12hs únicamente. En ese momento,
mientras estábamos hablando con la minita esta pasa el loco que nos
cargó Nafta. Yo me acordaba patente patente, de hecho estuvimos hablando
un rato con el loco y recordaba haberle tirado un par de chistes por el
calor y la limpieza de la estación de servicio, etc... Era el loco y
punto.
Ahí cayó Rulo a la estación para sumar fuerzas y finalmente terminamos
hablando con el loco que nos había cargado Nafta y le explicamos que no
teníamos absolutamente nada en contra de él, que a cualquiera le
puede pasar (igual no descartábamos de que era un pelotudo) pero es
cierto: a cualquiera le puede pasar. Lo único que queríamos es que la
empresa se haga cargo de la reparación del auto. Y que se vayan a la
concha de su hermana también, pero eso no daba para decírselo.
No nos quedó otra que volvernos a casa con toda la bronca y con la cara
de gil del playero grabado en la sien diciéndonos: "¿Ustedes están
seguros que era yo? Porque yo no me acuerdo de ustedes y además hay otro
pibe que es igualito a mí". Y claro, si te dice eso, es obvio que era él
que nos cargó Nafta en un Diesel. Puede haber otro boludo que lo haga,
pero no otro que lo haga y encima te diga semejante pelotudez.
Y así se fue Gualeguay, volvimos el Miércoles en vez del Lunes y al
final me terminé volviendo con la Miko, Rulo se quedó en Gualeguay y los
otros dos que decidimos que vuelvan en cole se fueron ese mismo Lunes
que se rompió el auto. Al final la reparación del auto salió en total
$500 (incluyendo los litros de Diesel que no nos echaron, mecánico y
demás). Lo único que le hicieron fue vaciar el tanque y volver a
llenarlo de Diesel. Ni siquiera hubo que limpiar el motor ni el tanque
ni nada. Según el mecánico, como esos 17 litros de Nafta estaban
diluidos con 25 de Diesel no fue tan nocivo para el auto y no se alcanzó
a romper nada.
Al otro día, fuimos a la estación como habíamos acordado y sin que le
dijéramos nada nos dieron $500 en la mano. Le pagamos al mecánico y
llenamos el tanque de Diesel de verdad de la Shell. Salimos a la ruta y
tuvimos un viaje placentero y sin ningún problema por suerte.
Se terminó Gualeguay, pero la gira
siguió
y... ¡de qué forma!