Viviendo...

De Tucumán a Salta... Cientos de cosas sucedieron en el medio, millones de sensaciones, experiencias y aventuras. Muchas de ellas son difícil de transmitir por escrito e incluso algunas también son complicadas de hacer llegar al hablar. Por eso, lo que sigue es un pequeño resumen de estas casi 3 semanas sin reportes de geolocalización.

Llegué a Tafí del Valle, Tucumán y me fui derecho para el Hostel que había reservado (Nuestro Destino). En realidad, no era tanto un hostel, sino más bien unas especies de "cabañas compartidas". Sin embargo, estuve solo toda la semana, así que era como haber alquilado una cabaña privada, con baño privado para mi solo :)

En Tafí, como estaba solo y había poca gente en el pueblo, aproveché para trabajar tranquilo y dedicarme a pensar sobre cómo venían las cosas. Es muy difícil pasar de un par de semanas de extrema adrenalina y buenas vibras a chocarse con la soledad nuevamente. Aproveché que me había dado cuenta de eso y me tomé mis tiempos para pensar, estar solo y tranquilo, mirar algunos videos, pensar en nada y remover esos sentimientos de soledad que andaban dando vueltas por ahí.

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Caminando por Tafí del Valle, en lugares no-turísticos

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Haciendo "La vuelta al valle" en el auto

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Franz (de Alemania) y yo en la cima de una montaña que se nos ocurrió escalar

Desde Tafí del Valle estuve arreglando con Johanna para encontrarnos en Amaicha del Valle para, luego de laburar juntos, hablar un poco más sobre la idea juntar fuerzas y hacer algo en conjunto con la programación, la química, el viajar, mi proyecto "Argentina en Python" y demás. Así que, así fue... El Lunes por la tarde nos encontramos (Franz y yo) con ella en la terminal de Tafí del Valle y arrancamos todos para Amaicha del Valle hacia un hostel que Johanna había reservado (de hecho, altamente recomendable ese lugar). Después de terrible paisaje sumamente hermoso, llegamos y luego de hablar un poco (¡en alemán!) con el dueño del lugar, Franz decidió quedarse con nosotros.

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Vista de las cabañas "Posada UNO" que alquilamos

La organización durante la semana, fue sencilla y concreta: "Laburamos durante la mañana, comemos algo rico y le metemos dos horas más. A eso de las 16 o 17hs nos liberamos y nos vamos a pasear"

¡Cumplimos al pie de la letra! Yo pude trabajar muy tranquilo y con compañía (lo cuál suma un montón). Además, comer en la mesa con otras personas también hace que tu día sea mucho más llevadero. Esa charla cotidiana a la mesa hace que me conecte con las demás personas y crea un vínculo que me hace sentir bien. Por otro lado, me aísla de lo que venía haciendo en el laburo y luego vuelvo fresco a trabajar después de comer.

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Franz, Johanna y yo yendo para Los Zazos

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Llegamos a la cascada de Los Zazos de noche

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... y nos pusimos a jugar con una linterna

A mitad de semana, luego de finalizar el trabajo diario y por recomendación de Julián, el dueño de las cabañas nos fuimos de paseo a un lugar que no pensábamos...

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El Pichao, un lugar medio oculto en el medio de la nada...

Cerca del fin de semana Franz se fue de las cabañas con destino a Cafayate (lo que sería mi próximo destino también la próxima semana). Ese mismo fin de semana nosotros fuimos al Museo de la Pachamama y a las Ruinas de Quilmes. Dos lugares sumamente recomendables.

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Patio del Museo de la Pachamama

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Ruinas de Quilmes

Luego, una vez que volvimos a las cabañas hablamos con Johanna de ir juntos para Cafayate, organizamos todo lo necesario (reserva de hostels y demáses) y decidimos que podía ser una buena idea: seguir laburando juntos y charlando sobre lo que se viene.

Listo el pollo. Ya estábamos en contacto con el hostel donde estaba Franz y teníamos todo listo. A dormir, que al otro día salimos temprano así podemos aprovechar el día y trabajar cuando lleguemos...

Al despertarnos, Johanna, que está trabajando para su trabajo de tésis, llama a su director para consultar sobre la fecha de presentación y se desayuna que era el Miércoles de esa misma semana. Así que cancelamos nuestro plan y cada uno arrancó para su lado: ella para Tafí del Valle a dedo y yo para Cafayate en el auto.

En Cafayate me encuentro con Fraz en el Hostel "Lo de Chichí" ni bien llego y nos ponemos hablar eneguida. Organizo mis cosas y planifico como será el resto de los días en ese hostel con respecto a mi trabajo y las excursiones / lugares para conocer de la zona.

Sinceramente, durante la semana que estuve en Cafayate hubo poco trabajo, así que aproveché para pasear y compartir mi tiempo con la gente que se estaba hospedando en el hostel y con los que trabajaban ahí ya que tenían muy buenas vibras y pegamos onda bastante rápido:

  • "Vos sos programador pero... Medio hippie también. Con vos no se cumple el estereotipo de los programadores. Sos copado".
  • "Pasa que yo programo en Python"

Yo creo que mágicamente todo se alineó esa semana. Qué casualidad que no tuve casi nada de trabajo en toda la semana y justamente estaba rodeado de gente muy piola, donde todas las noches hacíamos comida comunitaria, nos tomábamos unas cervezas y hacíamos fogones (todo esto corre por cuenta de la gente copada de "Lo de Chichí" hostel que organizaba hermosa movida nocturna). Además, las charlas interminables con cada uno de los huéspedes del hostel. No sé, fue muy grato el haberme encontrado con una semana de poco trabajo y estar en un lugar tan lindo con gente tan agradable.

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El Anfiteatro (Quebrada de las Conchas, Salta) de la mano de Python

Python te puede llevar a lugares jamás pensados

En este hostel hablé mucho de qué significa ser programdo, la libertad (en el software y en la vida), mi filosofía de vida, mi proyecto, el compartir, las ciudades y el sedimentarismo, sobre cómo se vive en el auto y en los hostels, la organización de mi viaje y un sin fin de situaciones referidas a estar viajando desde hace 10 meses. Todo eso me sirvió también para entender un poco más la magnitud de lo que estoy haciendo, bajar un poco a la tierra, estar más tranquilo y no desesperar en situaciones dónde las cosas no van tan bien.

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Visitando las "7 cascadas" con un grupo del hostel

Volviendo de las "7 cascadas" con los chicos de Irlanda, un poco apurados porque perdían el colectivo, doblé medio rápido y una piera más o menos grande terminó de arrancar el silenciador del caño de escape que ya estaba un poco colgando debido a que se había desoldado (porque estaba bastante podrido). No me preocupé mucho porque ya había hablado con "Pepe", el mecánico del pueblo, y me dijo que lo deje en sus manos, que él me lo iba a conseguir.

Nos bajamos del auto, les dije que le hagan dedo al que venía atrás y los levantó (sí, llegaron a tiempo al cole :) ) y yo me quedé atando el caño de escape con una soga que tengo en el auto para tender la ropa. Así que, con todo "más o menos" arreglado me fui derecho para el hostel y luego para lo de Pepe a comentarle lo que había pasado y para ver en qué estado estaba el tema del respuesto, que venía de Salta capital.

Pasaron unos días más y el respuesto no aparecía, siempre había algún inconveniente con el silenciador, pero finalmente el sábado por la tarde llego (lo esperé 5 días) y de rompe y raje me lo cambió. Me puso un silenciador Maggio "reforzado" que supuestamente va a durar mucho más que el que tenía. Al menos, era mucho más pesado :P

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Antes de irme de Cafayate, tenía que sacarle una foto a tan hermosa luna

Así, el Domingo a la mañana partimos (con Coty -una chica que conocí en el hostel) para Salta capital y fuimos parando en algunos miradores, así como también en El Anfiteatro y La Garganta del Diablo nuevamente ya que Coty no conocía.

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Hermosa vista en "Tres Cruces"

Al llegar a Salta nos fuimos a conocer "San Lorenzo", un pueblito cerca de Salta que nos habían recomendado y que nos sorprendió de lo hermoso que resultó ser.

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Quebrada de San Lorenzo, reserva natural privada

Ella se volvió para Salta para tomar su vuelo a Buenos Aires y yo me quedé "acampando" en el auto en un camping de San Lorenzo para luego, a la mañana siguiente salir para Salta capital y empezar la semana laboral.

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¡Qué lindo que es el camping, y más aún si te funciona el 3g!

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