Antes y Después

Hace varios años fui al dentista a empezar el tratamiento de ortodoncias para ubicar cada diente en el lugar que le corresponde según la ciencia (Mudo) y, al principio, seguí el tratamiento de una forma bastante militar. Hacía todo lo que me decía el dentista sobre los cuidados y demáses así el tratamiento avanzaba lo más rápido posible. Igualmente hubo algunos problemas. Los brackets se salen por morder algo muy duro o se te cortan las gomitas, por ejemplo, y eso hace que se vuelva para atrás ese diente y casi que se vuelve a empezar el tratamiento para ese diente. Como que se pierde el tiempo.

Así, pasaron los años (¡ya 4, no sabía que me había llevado tanto!) y hoy me tocó ir nuevamente a hacerme un control, aunque esta vez iba medio cabizbajo porque sabía que había hecho todo mal durante el último año. Por ejemplo, cuando me fui a EEUU el año pasado, me llevé el ortodoncia móvil como buen ciudadano y allá se me rompió una patita: la del frente. Así que, como no sabía si eso era importante o no, lo seguí usando un tiempo así. Después empecé a sospechar de que estaba mal y me autocancelé el tratamiento.

Volví de EEUU y me seguí mandando cualquiera, ya ni siquiera lo usaba por las noches. Nada de nada: 0. Siguió pasando el tiempo y la culpa crecía cada vez más, a tal punto que el Lunes pasado me hizo llamar nuevamente al consultorio y sacar un turno. Hoy fue ese gran día.

Básicamente, el Doc, Julio Alonso (un crack), me dijo que era una pena ya que todo lo que habíamos logrado mientras seguía el tratamiento ahora no lo podíamos recuperar con el ortodoncia que tengo hecho (ese móvil), que para volver los dientes a la posición casi-perfecta que habíamos logrado era necesario hacer los brackets desde 0 otra vez y que seguramente yo no iba a querer hacer eso, pero que igualmente podía tunearme el que ya tengo hecho para que me vuelva a calzar y empujar al menos un poco más. Como para que no se sigan cerrando.

Ahora bien, para todos aquellos que me han conocido en los últimos 4 años (o sea, ya con la cara que estoy portando ahora) les dejo unas fotos de mi otro yo antes de empezar todo este circo: ¡cambió sorprendentemente!...

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Más allá de lo estético, que se ve a simple vista, lo primero que noté es la máquina de triturar cosas que tenemos en nuestro cuerpo. Es zarpada la diferencia en cuanto al esfuerzo que hace la boca para triturar la comida. Ese esfuerzo es mucho menos si tenés los dientes en los lugares correctos. Además, reduje un montón la cantidad de comida estancada entre los dientes ya que era muy difícil hacer llegar el cepillo a lugares dónde los dientes apuntaban para cualquier lado formando cavidades complicadas de alcanzar. Eso, entre un montón de otras cosas.

Yo estoy muy contento con el tratamiento y la atención de Julito. ¡Groso!

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