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Una vez cambiado mis
planes
con respecto a la estadía en LA y habiendo compartido Las
Vegas con Jonás,
Jesica, Mario, su familia y amigos, teníamos que organizar con Jonás
nuestro viaje a San Francisco desde Los Ángeles ya que ese era el trato
de alguna manera. Entonces, nos sentamos delante de la computadora y
empezamos a trazar la ruta de viaje apuntando a los lugares en los que
queríamos para y quizás pasar la noche. La ruta terminó siendo: Santa
Bárbara, San Luis Obispo, Santa Cruz y finalmente San Francisco
(http://goo.gl/maps/Jndxr)
Trazar al ruta en el mapa era la tarea más fácil, pero luego... Había
que organizar todas las cosas que queríamos llevar, pasar a buscar una
carpa por el trabajo de un amigo de los chicos (muy buena onda el
flaco), despedirse -que fue lo que más tiempo tomó- y arrancar...
Con alma de aventurero, arrancamos la camioneta, calzamos los
cinturones, preparamos el mate y arrancamos sin tener idea la que se nos
venía. Sin saber dónde íbamos a dormir si quiera ni tampoco teniendo
datos de ningún hostel en ninguno de los lugares a los que íbamos. Si
había que dormir en la camioneta, "estábamos dispuestos". Así, en 1 hora
y media aproximadamente llegamos a Santa Bárbara. Hermoso lugar, muy
tranquilo, con una arquitectura parecida a la de México (que no conozco,
pero mi cabeza por alguna razón decía eso), a las películas del zorro y
también a Santa Bárbara :P . Recorrimos un poco la ciudad a pie, sacamos
algunas fotos, charlamos con la gente que caminaba por ahí para
preguntar qué lugares podíamos visitar, visitamos algo así como "la
corte suprema" y finalmente terminamos tomando un trencito eléctrico por
25¢ que nos llevó a la playa. De ahí, nos fuimos para la camioneta
nuevamente y continuamos nuestro viaje hacia San Luis Obispo.
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Entre mate, música, charla, paisajes, velocidad crucero, revoluciones
altas, cambios automáticos y demáses... Llegamos medio de noche a San
Luis Obispo y no teníamos ni idea a dónde ir a parar. Recorrimos un poco
downtown y preguntamos un par de veces a la gente sobre lugares:
hostels, motels, o algo por el estilo. Lo principal era entablar una
conversación que pueda desembocar en cualquier otra cosa. Si nos
ofrecían ir a tomar una birra, estaba bien. Si nos ofrecían tirar una
carpa en el patio, estaba bien... o seguir viaje para otro lado, o lo
que sea... Estaba bien! Esa era la idea.
Así, charlamos un ratito con unas chicas que tenían muy poca onda y no
solo que nos dijeron que no sabían sino que ni siquiera se esforzaron en
ser amables durante 10 segundos. Seguimos caminando, cerca de downtown
con intenciones de conocer (el lugar y la gente) y finalmente terminamos
hablando con un señor grande, de unos 50 años aproximadamente, sobre
dónde podíamos pasar la noche. Entre pitos y flautas, nos terminó
guiando (y acompañando) hasta el motel más cercano que él conocía. En el
camino nos comentó que era escritor y que estaba haciendo una novela
actualmente. Que había trabajado toda su vida en diarios y revistas como
periodista, pero que debido a la enfermedad que tenía no había podido
seguir haciendo eso. Llegamos al motel y como el precio no nos convenció
volvimos al primer hostel que habíamos pasado ni bien entramos (gracias
al GPS) que parecía más piola que el motel, pero antes de eso, lo
invitamos a nuestro, ya amigo, Bryan a tomar unas birras con nosotros.
Así que, pegamos la vuelta hacia la camioneta y arrancamos para el
hostel con Bryan. Llegamos, organizamos nuestros papeles, dejamos las
cosas y agarramos un par de latas de cervezas que teníamos en nuestra
heladerita en la camioneta y nos sentamos en unas hamacas que estaban en
la entrada del hostel a... delirar toda la noche con Bryan.
Hablamos de todo lo que se te ocurra, "porqué son buenas/malas los
dibujos en los libros", "el quijote de la mancha", "martín fierro",
"nuestro viaje", "nuestra y su vida", "su enfermedad", "sus problemas
con la memoria" (nos contó que no tiene memoria de corto plaza, entonces
cuando lee un libro y van pasando los días se va olvidando de las
primeras páginas y lo mismo cuando escribe. Decía que escribir una
novela era lo único que podía hacer en este mundo porque cada vez que
quería escribir una nueva página tenía la posibilidad de leer todo lo
que había escrito desde el principio y así poder seguir la historia.
Jodidísimo!), "Dr. Seuss", y una infinidad de temas durante
aproximadamente 3 o 4 horas. Luego de eso nos fuimos a comer unas sopas
con fideos de 29¢ cada una, charlamos con un brasilero durante la cena
(que de hecho lo alimentamos un poco) y luego a dormir.
A la mañana nos encontramos nuevamente con el brazuca y también con un
flaco de San Francisco que venía bajando en bici por la costa. Luego de
unas charlas con él, nos hizo cambiar nuestra ruta (aunque no el
destino) ya que nosotros pensábamos ir por la autopista que va por el
medio de la nada. Él nos sugirió que vayamos por la ruta 1 hacia Santa
Cruz ya que está a la orilla del mar y en la que hay muchos miradores
para deternerse, tomar unos mates y sacar algunas fotos en el camino.
Con eso en mente, partimos de nuevo.
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Durante el hermoso paisaje y camino, íbamos hablando de tener lugar en
el auto por si había alguien que necesitaba una mano para ir a algún
lado. Entonces, en ese caso, nosotros lo podíamos llevar si es que
estaba en nuestra ruta. "¿Estás dispuesto o no estás dispuesto?".
Igualmente, acá en Estados Unidos está prohibido hacer dedo en la ruta,
lo que tengo entendido que hace la gente es esperar en alguna estación
de servicio y preguntarle a la gente que para ahí a cargar nafta si es
que los puede llevar a algún lugar. Así y todo, mientras íbamos por la
ruta (en mi turno de manejo) vemos a un flaco caminando bajo el sol de
lleno, haciendo dedo. "Ya fue. Paro" -dije yo y Jonás aceptó. Paramos,
me bajé y fui a la búsqueda del tipo, le pregunté a dónde iba (San
Francisco) y le dije que lo podíamos llevar hasta Santa Cruz. Los
subimos y en menos de 5 minutos se clavó 5 bananas, un gatorare, una
botella de agua y encima después preguntó si podía abrir un paquete de
galletitas. Tranqui el vago...
En el medio, entre banana y banana, vemos a una mujer caminando al
costado de la ruta y Jonás dice que la levantemos también, pero para mi
ya no teníamos lugar porque entre los bolsos y la heladerita y las
mochilas y demás, estaba todo ocupado el asiento de atrás y el baúl.
"Sí, sí... Entra" -dice Jonás. Paramos y mientras él organizaba los
asientos de atrás yo me voy a charlar con la mujer ésta. Luego de unos 5
minutos hablando, que no le entendía nada de nada lo que me decía y me
mencionaba a Dios cada 2 palabras, le dije: "Mirá, simple. Nosotros
vamos a Santa Cruz. ¿Te sirve o no?". Que sí, que no, que mi valija, qué
un camping y no sé qué bosta más porque estaba más loca que la mierda,
la subimos.
A los 3 minutos me dice que tengo que doblar en un parque nacional
porque tenía que buscar su valija ahí porque los canas le habían robado
las cosas y que (así de la nada) era una enviada del señor y que los
aliens y que la gente y que el FBI la persigue y que el Señor y Jesus y
todos su secuases y que... andá a saber qué mierda decía. Hablaba re
contra re mil rápido y la locura que tenía era como para 32
aproximadamente. "¿Dijo 'Aliens' o yo entendí mal?" -me decía Jonás y
nos cagábamos de la risa. Entramos a ese lugar, se puso a hablar con la
cana y a los 10 minutos ellos le trajeron una valija y seguimos viaje.
Durante el viaje no dejó de hablar un segundo (todavía no entiendo en
qué momento respiraba esa mujer) y encima no te dejaba seguirla en su
conversación, porque no le importaba si entendías, si tenías una
pregunta o si siquiera te importaba lo que estaba hablando. Por suerte
el tiempo pasaba igual :)
Una vez cerca de Monterrey, la mujer ésta nos dice que tenía que ir al
Hospital de ahí porque un amigo del amigo de no sé quién (era obvio que
era ella la que necesitaba terapia y URGENTE) estaba ahí y ella quería
ir a visitarlo. Entonces, nos hace doblar en CUALQUIER lado e ir en la
dirección opuesta para el hospital. Que es por acá, que no, que sí, que
dale vos, que no le creo al GPS, que la que sabe es la gente y el Señor
y no sé que bosta más... Nosotros queríamos abrirle la puerta y dejarla
ahí nomás pero... "¿Estás dispuesto o no estás dispuesto?" era la
pregunta que nos hacíamos con Jonás y él me decía: "Todo bien, pero me
da bronca la gente que se aprovecha" (para esa altura el otro flaco ya
le había ofrecido nuestras bananas y nuestras galletitas a la loca ésta
y si lo teníamos 10 minutos más arriba abría la heladera y se tomaba una
birra). Así que, preguntamos a la gente, buscamos con el GPS y traté de
manejar lo más rápido posible hacia el Hospital.
Cuando llegamos la vieja dice: "Ah no, pero éste es el de Urgencias. Yo
necesito ir al otro". Mi respuesta: "OK. Bajate acá y fijate cómo
llegar". Antes de bajarse, se tomó unos minutos para agradecernos y
bendecirnos ya que ella era una enviada y todo ese mambo que tenía en la
cabeza. Lo bueno de ésto es que con Jonás ya nos ganamos el cielo (si es
que existe) pero perdimos como 1Kg de bananas y un 10% de paciencia.
Nosotros seguimos viaje con el otro flaco en el asiento atrás todavía,
que no hablaba una mierda (el otro extremo a la vieja loca) y tenía muy
poca onda. Salimos de nuevo a la autopista y el loco quería seguir
comiendo y yo que me preguntaba "¿Estoy dispuesto o no estoy dispuesto?"
le dije: "Ya fue, abrí el paquete ese pero yo también quiero" y casi que
fue una carrera a ver quién comía más rápido. 10 minutos después el hijo
de re mil, se durmió. Y claro, lo hidratamos y lo alimentamos; lo único
que faltaba era que le demos un lugar dónde dormir.
Llegamos a Santa Cruz, lo despierto y le digo: "Maestro, acá es tu
parada. Podés bajarte en la ruta o en la ciudad. ¿Qué preferís?". "En la
ciudad y muchas gracias. Disfruté mucho el viaje"... y la p... madre.
Luego, dimos un par de vueltas, buscamos un camping para pasar la noche
y finalmente terminamos en un hostel un poco caro cerca de la playa y de
downtown.
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... y así... llegamos a San
Francisco.